Bueno, pues el récord de Torpedo Müller cayó, como no podía ser de otra manera, y aún quedan un par de encuentros para que lo lleve más allá. Son 86 goles (y los que caigan aún) en un solo año natural, que no es como generalmente contamos en fútbol, pero que en número de partidos jugados equivale a una temporada completa. Lo más significativo es que Messi lleva aumentando su ritmo anual de goles de año en año, sin que podamos asegurar que su tope es este o si seguirá hacia arriba. Y una vez que encuentre el tope, ¿cuánto tiempo permanecerá ahí? Estamos ante un prodigio único.

El récord llegó en un partido que despertó cuando él, en un cuarto de hora, ajustó sus cuentas con la historia. Pareció como si una vez resuelto eso, todos perdieran plomo y el partido entró en una belleza y emoción crecientes. La segunda parte fue una galopada constante, con un Betis espléndido al que frenaron los palos pero que confirmó las buenas impresiones que dejó ante el Madrid. Es admirable la forma en que Mel ha recuperado al equipo de la goleada ante el Sevilla. Todas las decisiones que tomó a partir de aquello (la más relevante, mantener a Adrián), le han salido bien.

Messi compartió gloria con Falcao, cuyos cinco goles al Deportivo sacudieron del Manzanares el mal humor por las dos recientes derrotas. No son los siete del lejanísimo 'athletico' Bata, que llegaron en un estruendoso 12-1 sobre el Barça, que igualó Kubala ante el Sporting. Tampoco los seis que alguna vez han marcado César, Mundo y Zarra, pero son cinco en años en que el gol está más caro que en aquellas épocas. Y, además, iguala al legendario Vavá, que lo hizo en 1958. Goles de delantero centro veloz, dando la cara, con instinto y con buena relación con el balón. Orgullo del Atlético y de Colombia.