Un aperitivo a la fiesta 12-12-2012

Un aperitivo a la fiesta 12-12-2012

Discusiones historiográficas aparte, el Comité Olímpico Español cumplió el pasado 23 de noviembre cien años. En ese tiempo, se ha sacudido el aire noble de su primer presidente, el Marqués de Villamejor don Gonzalo de Figueroa, para convertirse en casa de las federaciones de la mano de Alejandro Blanco, que desde la de Judo descubrió qué demandaban estas de un organismo que se tenía tan sólo por una agencia de viajes que cada cuatro años organizaba el desplazamiento a los Juegos Olímpicos. Poco más. Mucha pompa pero poco desarrollo práctico.

Ahora, el COE encabeza las reclamaciones de las federaciones ante el Estado en esta época de recortes y de apretarse el cinturón. También encabeza el intento de España de volver a organizar unos Juegos con Madrid 2020. De un liderazgo político se ha pasado a un liderazgo deportivo, el de Blanco, que ha ido tomando peso en los últimos años, sobre todo en Iberoamérica. Desde el Comité Olímpico Español también se promueven programas de atención al deportista para olvidar de una vez por todas los juguetes rotos. Se incentivan programas de formación, o se consigue que (bromas con Bosco a un lado) España gane dinero con el patrocinio de su delegación

En definitiva, el COE es un organismo vivo. Su labor no es la de preparar a los deportistas, que para eso ya están las federaciones o los clubes, pero sí la de que se sientan importantes, de que tenga un respaldo, de que su esfuerzo se transmita a la sociedad. De la palmadita cada cuatro años se ha pasado a la palmadita diaria, al contacto caluroso. Blanco y su gente quieren darle aún más contenido al COE. Y en ello están. Mientras tanto, el Premio de AS sirvió para, cariñosamente, darles el primer tirón de orejas antes de su gran Gala, la del próximo 12 del 12 del 2012 a las 12:00. La de cien años de historia olímpica.