El síndrome de las maletas

El síndrome de las maletas

Un Zaragoza sólido y eficaz a domicilio -tres victorias y un empate en ocho salidas- despide el año en San Mamés con la pretensión de alcanzar una victoria que convierta sus 19 puntos actuales (todo un lujo después de tres diciembres negros consecutivos), en los 22 que Jiménez puso como objetivo para el parón navideño al inicio del campeonato. Al Zaragoza le cuesta gobernar los partidos de casa -cinco derrotas-porque le falta fluidez, ritmo y sorpresa en su fútbol, pero lejos de La Romareda exhibe un perfil homogéneo, fiable y práctico que le ha rendido grandes frutos. Sabe perfectamente a qué juega y se siente bastante más cómodo sin la responsabilidad de la iniciativa.

Sin embargo, a Jiménez no le gusta lo más mínimo tener que despedir el año fuera de casa. Tiene un especial temor por lo que él denomina el síndrome de las maletas, que es el que aqueja a muchos futbolistas en las vísperas de unas vacaciones como las de Navidad, donde la mente suele estar con la familia antes que en el fútbol. "Las vacaciones no empezarán hasta que estemos en las duchas de San Mamés", ha repetido Jiménez sin cesar. Y si algo tiene este entrenador es que se anticipa (y resuelve) casi siempre los problemas.