El entorno no se retira jamás

El entorno no se retira jamás

Puede que esta tarde sea la última vez que veamos a Johan Cruyff sentado en el banquillo de un campo de fútbol, pero tranquilos, que Cruyff no se retira jamás. Primero, porque su influencia en el fútbol moderno es tanta que su obra le hace eterno. A él se deben las bases del magnífico edificio que completaron otros como Rijkaard o Guardiola en el Barça o incluso Luis Aragonés o Vicente del Bosque con España. Lo que le ha dado Cruyff al fútbol español es impagable. Y eso, que el holandés siempre encuentra un precio (caro, habitualmente) para casi todo.

Cruyff seguirá donde ha estado en estos últimos años. En la trastienda filosófica del club. Siendo el gurú del think tank de una manera de entender el fútbol que él explica en apariciones tan esporádicas como celebradas. Las respuestas que ofrece en sus entrevistas son memorables aunque cada vez se le entienda menos. Comentaba ayer en la web de la Federació Catalana de Futbol que habla así "para no dar ventaja al periodista, para que se esfuerce en entenderme". Y eso que Cruyff cada vez habla más claro, en cuanto a conceptos, me refiero, que la semántica va aparte. Para él, el fútbol se basa en tener la pelota y marcar más que el rival. Y eso, nunca caducará.