De Casillas-Adán a Higuaín-Benzema

De Casillas-Adán a Higuaín-Benzema

Compareció Mourinho tras las vacaciones y no aclaró si hoy jugará Casillas o Adán: "Ni ellos mismos lo saben", dijo, y se sintió pleno. Ni los interesados, ni los aficionados, ni la prensa, por supuesto, imagino que tampoco Florentino... Sólo lo sabe él. ¡Qué poder tan magnífico! No sólo lo sabe, sino que lo va a decidir, que es más todavía. Y no es lo mismo decidir entre Higuaín o Benzema, pongo por caso, donde siempre puede haber dudas razonables, que entre Casillas y Adán. El verdadero poder es el de quien se puede permitir arbitrariedades, ese poder que hace disfrutar a los mezquinos.

Quien sí parece que jugará es Higuaín, felizmente recuperado al fin de un problema muscular que se ha alargado mucho. Una de tantas cosas del Madrid de este tiempo que me cuesta entender es cómo le duran tanto las lesiones. Entre eso y el secreto con que se lleva la cosa médica (los tradicionales partes han desaparecido) el club consigue dar la peor imagen de sí mismo también en este terreno, y sin ninguna necesidad. El caso es que vuelve Higuaín, o eso se entendió de lo que dijo ayer el conspicuo decididor. Buena noticia, porque Benzema estaba como mohíno, además de renqueante.

Vuelve, pues, una competencia que tiene mayor recorrido que la Casillas-Adán. Dos jugadores diferentes, el fuego combativo del inagotable Higuaín frente a la técnica calmada de Benzema. Los dos muy buenos, cada uno en su género. Más constante Higuaín, con techo más alto y suelo más bajo Benzema. Los dos se presionan entre sí y viven este año bajo la amenaza, quizá más aparente que real, de Falcao, al que los rumores tienden a situar como gran objetivo electoral de Florentino, que algo tendrá que hacer si no viene la Décima a remediarle sus desventuras. Higuaín-Benzema-Falcao. Ahí sí hay chicha.