Guardiola ha elegido jefes

Guardiola ha elegido jefes

A Pep Guardiola siempre le ha gustado sorprender. Como alumno aventajado de Cruyff, siempre ha considerado que a la hora de tomar una decisión, el ruido del entorno, los consejos, las apuestas y las recomendaciones son absolutamente prescindibles. En las sobremesas de Catalunya, todo el mundo le veía en Inglaterra. Pero no, para él lo que cuenta es uno mismo. Genio y figura y actuar en plena libertad y sin convencionalismos. Lo hizo cuando se fue del Camp Nou y optó por el Brescia, lo hizo cuando se sentó en el banquillo del Barça y dio la alternativa a Busquets y Pedro y lo ha vuelto a hacer ahora apostando por el Bayern de Múnich.

A falta de que explique su decisión, hay un motivo que parece encajar en su filosofía de vida. Guardiola ha elegido equipo, sí, pero por encima de todo ha elegido jefes. Entre depender de un millonario ruso, un jeque o unos multimillonarios americanos, Guardiola ha apostado por la estructura del Bayern formada por ex jugadores. Y si algo admira Guardiola es a los jugadores. Sentarse a planificar una temporada con Beckenbauer o Rummenigge ha pesado. Y mucho.