Todos pendientes de la lesión de Casillas

Todos pendientes de la lesión de Casillas

Pasó la trilogía, pasó el Madrid, que ganó dos partidos, empató otro y se llevó el premio mayor, las semifinales. Pero esto último con bastante daño, como dicen que eran las victorias de Pirros, aquel general de la Antigüedad que ganaba batallas con terrible coste. El Madrid pasa a semifinales con dos expulsados, Coentrao y Di María, bajas de importancia relativa (muy subsanable la primera si Marcelo se rehace, más considerable la segunda) y con la lesión de Casillas, que obliga al madridismo a contener la respiración. De aquí a que se sepa para cuánto tiene habrá muchos que no piensen en otra cosa.

Eso, la lesión de Casillas (fortuita, provocada por una patada en la mano que le dio Arbeloa) fue lo más notable de un partido sosote, al que faltó emoción. No hay que culpar al Madrid, que llegó con ventaja, tuvo razones para protegerse a partir de la baja de Casillas y además cazó antes del descanso el gol definitivo. Me decepcionó más el Valencia, al que donde de verdad se le marchó la eliminatoria fue en el Bernabéu por su mal remate, pero que desde aquello se enredó en los fueras de juego de Soldado y en recuerdos del pasado y se despistó. Consecuencia: el domingo fue un desastre y ayer fue muy poco.

La Copa y la leyenda del Valencia en esa competición exigían más, sobre todo a partir del 1-1, en el que Adán dejó mucho que desear, y más aún cuando el Madrid se quedó con diez. Ahí decepcionó el Valencia, incapaz de sacudir a un Madrid que se sintió seguro y firme sobre una defensa hecha con remiendos. El partido murió en sí mismo porque el Valencia no lo agitó, todo se le quedó en los lamentos del Bernabéu. El Madrid ya está en semifinales, como el Sevilla. Por el otro lado irán Barça o Málaga y Betis o Atlético. Hoy lo sabremos. Y también qué pasa con Casillas, porque su baja no es como otras.