Puyol frente al 'Urdangarinato'

Puyol frente al 'Urdangarinato'

Fue una tarde-noche hermosa, para mí representada en ese gesto de Puyol arrebatando de la mano de Piqué el mechero que algún imbécil había lanzado al campo. Piqué, pensando que actuaba en justicia, pretendía que el árbitro tomara constancia del hecho. Puyol estaba en otra dinámica, en la dinámica futbolera, que se podría traducir por algo así como "aquí abajo estamos once contra once y vamos a dejarnos de líos". Y le arrebató el mechero a Piqué de la mano, lo envió a esa nada que hay entre la línea de fondo y el público, y apostó por la continuación del partido por cauces de normalidad.

Se agradece especialmente ese gesto de serenidad y honradez en estos días en los que desconfiamos de todo y de todos. Cada día nos llueven noticias deprimentes de tanta y tanta gente en la que hemos depositado nuestra confianza, sea por convicción o sea por mera costumbre. Seguro que este no es el espacio en el que insistir en tantas decepciones, desde el 'urdangarinato' a lo que ustedes quieran, pero, ¿cómo abstraerse de ello? Estos días en los que vivimos ofendidos por una obscena exhibición de la indecencia en cualquier aspecto de la vida pública, ese gesto tan visible de Puyol es rigurosamente ejemplar.

Un gesto de decencia, de elegancia, de deportividad. ¿Qué hacemos tú y yo, y los otros nueve, mostrando al árbitro un mechero? ¿No será mejor que juguemos al fútbol? Hace dos años, Madrid y Barça tuvieron una agarrada tremenda, un partido de Liga, dos de Copa y dos de Champions, muy seguidos. Lo llamamos 'Tormenta de Clásicos'. De aquello quedan chispas feas: Arbeloa tocándole la cara a Messi, el desafío posterior de este, los infames gritos racistas del Bernabéu a Alves y el pretendido provecho de este...Todo ello queda en poco y menos frente a la noble, seria y firme actitud de Puyol.