Estás leyendo

Operación Puerto como Causa General

Operación Puerto como Causa General

El mundo mira la Operación Puerto con escepticismo. Nos lo hemos ganado. Fueron los italianos quienes consiguieron hacerse con la sangre de Val-Piti-Valverde, ahora se destapa otro corredor que era hijo de Guardia Civil y uno más que ahora era Director General de la Fundación Deporte Joven del CSD. Siguen tapadas las pistas hacia al atletismo (evidentes, con esas anotaciones de Goteborg, Europeo), hecho que no pocos relacionan con la buena mano que el incombustible Odriozola tenía con la administración socialista. Y se recuperan las siglas Rsoc, que nos recuerdan lo que ya dijo en su día Badiola.

Porque Badiola dijo lo que dijo hace ya tiempo, no es una novedad, y la anotación 'Asti' ya andaba por ahí. Toda esta pelota configura una imagen que no nos gusta, pero que coincide bastante con la verdad: aquí, antes, durante y después de la Operación Puerto, lo del doping no lo hemos tomado en serio. Ni en ciclismo, donde los corredores que eran hostigados en el Tour o en el Giro completaban la Vuelta sin sobresaltos, ni en el atletismo, donde Odriozola barre bajo la alfombra, ni en otros deportes que reciben salpicaduras, como haya podido ser el caso de la Rsoc si atendemos a denuncias e indicios.

No voy a decir que lo de menos sea si Eufemiano Fuentes sale al final condenado o no por prácticas contra la salud pública. Pero lo importante es que esto se está viendo desde fuera como la prolongación de un fiasco. Yo deploro que demos esa imagen, me parece injusta en parte, pero tengo que admitir que nos la hemos ganado tenazmente, desde Muehlegg hasta esta Operación Puerto de nuestros pecados. Conviene saberlo y empezar a mentalizarse si es que queremos ser bien vistos por la comunidad deportiva internacional. Si eso no nos importa, lo tenemos fácil: sigamos como hasta ahora.

También te puede interesar