Estás leyendo

Semana de partido FIFA, Semana del detalle elevado a primicia

Semana de partido FIFA, Semana del detalle elevado a primicia

Competencia para El Corte Inglés. Lo de dar nombres a las Semanas era hasta hace poco patrimonio exclusivo de El Corte Inglés, que nos ofrecía con puntualidad suiza La Semana Blanca, la Fantástica, la del Perú o la de los Muebles Auxiliares de Cuarto de Baño. En el periodismo deportivo hemos llegado a patentar las Semanas FIFA, que son aquellas en las que se congela la actividad de club y que todo se centra en las selecciones. Son semanas en las que pasamos del txuletón al tofu. Semanas en las que para llenar la carta se inflan los platos y el detalle parece primicia. Pero no es un cocido, son algas.

Comidas en chándal. Valga como ejemplo el lío que se ha montado esta semana porque Zubizarreta, Bielsa, Valdano y Segurola hayan comido juntos. Un detalle elevado a noticia, cuando lo escandaloso era que en un restaurante de la Gran Vía de Bilbao se pudiera ir en chándal. Por cierto, igual de escandaloso es que estos cuatro hablaran de fútbol. Lo raro sería que hablaran de filatelia.

El loco de turno. En la Semana Fantástica de la FIFA también tuvo su cuota de gloria el rarito que en Portugal gritó "Messi, Messi" en la cara de CR. Quería salir en los medios y lo logró.

Revelación de Del Bosque.Escandalosas fueron las palabras de Del Bosque en Catar, donde afirmó sin rubor: "Soy madridista" y las Redes Sociales lo difundieron por el orbe. Las rotativas casi se gripan ante tal confesión.

El mar de fondo. Mientras estas y otras noticias de alcance nos tenían ocupados, descubrimos que en esto del fútbol hay mugre y mar de fondo. En el curso del juicio de la Operación Puerto se insinuó que el fútbol puede estar pringado, extremo al que un expresidente de la RSOC se apuntó alegremente mientras Europol nos descubría que en Alemania se trapichea con las apuestas. Como decía el Maitre del Rick's Café en Casablanca: "¡Qué escándalo! Aquí se juega".

Indignados de salón. Ante todo ello, la indignación fue general, pero de salón. Decía el gran pensador contemporáneo Albert Pla en El País que "hay más gente tecleando indignado en su ordenador que protestando en la calle". La palabra indignado ha quedado para las Rebajas de cualquier cadena de Grandes Almacenes.

También te puede interesar