El informe que ha preparado el Everton antes del encuentro de hoy sobre el Manchester United lo deja claro: "Tiene muchas debilidades atrás". Alex Ferguson perdió la última Liga por diferencia de goles y fichó un delantero (Van Persie) para que no le vuelva a suceder. Ocurre que en esta campaña se han acentuado las virtudes y los defectos del grupo: ha encajado más goles que ninguno de los otros cinco conjuntos que le acompañan en lo más alto de la clasificación, pero ha marcado más que nadie en la Liga. Las dudas defensivas se reflejan en el hecho de que en nueve partidos de esta temporada han encajado el primer tanto, pero su fortaleza mental les ayuda a dar la vuelta a la situación: han acabado ganando ocho de esos encuentros.

El Manchester United controla menos los partidos y su juego es mucho menos fluido (la segunda parte del Southampton de Pochettino en Old Trafford fue un ejemplo de ello: los de Ferguson defendieron casi todo el tiempo en su área), pero a cambio ha vuelto a su estilo de años atrás: contraataque aprovechando la velocidad de Van Persie y la visión de Rooney. La portería les está creando problemas: las rotaciones no benefician ni a De Gea, ni a Lindegaard, ni a la propia defensa, que no acaba de sentirse a gusto. Así que se arropan atrás y confían en el gran talento de los dos delanteros (han marcado casi la mitad de los tantos de los red devils) para sacar los partidos. El plan en Madrid el miércoles es claro: salir del Bernabéu con opciones, y marcar un tanto.