Al Barcelona, con las nuevas incorporaciones, le ha costado arrancar. No era favorito para ser campeón de Copa, pero en Vitoria ha jugado los mejores partidos de la temporada, demostrando que puede actuar como un equipo sin aferrarse a un jugador determinado. Todos han aportado para ser justos campeones, porque han sido los mejores durante todo el torneo. Este título puede marcar un cambio de dinámica, puede haber un antes y un después en el devenir del Barça.

Mickeal tiene mucho arraigo en este equipo y sabe cómo hacer su trabajo. Ha ganado experiencia y ahora tiene la tranquilidad necesaria para no forzar las situaciones y buscar su momento. Se merece el MVP porque ha sido el más regular de la competición, sin bajones. Navarro no está al cien por cien por las lesiones, pero en los dos partidos anteriores estuvo extraordinario. En la final sólo le faltó acierto en el tiro. El Barça, si mantiene el ritmo y el nivel, vuelve a ser aspirante a todos los títulos, incluso al de Liga, aunque no acabe primero en la fase regular.