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Sergio Ramos, Camas y el Manchester

Sergio Ramos, Camas y el Manchester

El United es para los madridistas el anti Bayern. Si el madridista pudiera, eliminaría de su memoria cuatro, seis, ocho o diez feas escenas vividas ante el Bayern. Episodios cochambrosos: la expulsión de Amancio, el 9-1 en un amistoso, el loco que agredió a Linemayer, la retirada de aquellos bordes en el Trofeo Bernabéu, los cuernos de Aughentaler... Por contra, el Manchester United es para el Madrid un rival noble, con el que ha tenido algunos enfrentamientos a lo largo del tiempo que no han dejado sino un aprecio mutuo que hunde sus raíces en tiempos tan lejanos como la segunda Copa de Europa.

Esta es la quinta vez que ambos viejos clubes chocan en Europa. La primera fue un año antes de que el gran United se estrellara en avión. Pasó el Madrid, 3-1 en casa, 2-2 fuera. El accidente de Múnich (1958) nos dejó sin saber si aquel Manchester hubiera podido dar la réplica al Madrid de Di Stéfano. Luego, ya en 1968, el United de Charlton y Best eliminó al Madrid en semifinales de Copa de Europa y ganó la final. Y más adelante, dos eliminatorias, una aquella del taconazo de Redondo y otra resuelta con los tres goles de Ronaldo (El Gordito, no el de ahora). Ambas dieron paso al Madrid.

Llegados aquí, me gusta el homenaje que Sergio Ramos hace a ambos clubes, cuya historia y esencia emparenta. Muy bien. Este hombre nació en Camas, lejos de Madrid, pero hay algo de aquel Real Madrid de Di Stéfano, Marquitos, Gento, Pirri, Zoco, Amancio y demás que le alcanza. Nació donde Paco Camino y Curro Romero, magnífico, y por la forma en que habla de fútbol en no sé qué periódico inglés (aquí Mourinho no le deja hablar) me parece que tiene perfectamente digerido el asunto. Algo hay de puro y noble en esta rivalidad que ha calado hasta en Camas, cuna del mejor toreo.

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