Salvo sorpresa, el Manchester saltará al campo recogidito. La postura táctica aparentará que es dominado y apabullado por el Madrid. Pero en realidad no es más que el reposo del león. Si salta, si te engancha un zarpazo, te liquida. Rooney merodeará entre líneas buscando ese balón para lanzar a Van Persie cuando más dormidos estén los centrales del Madrid. Atención, pues, a una posible desconcentración defensiva blanca, abriéndose o confiando en que el Manchester está muerto. De pronto salen Evra o Valencia por una banda y le lanzan al punta holandés para marcar gol en cuatro toques.

El asunto está en que el Madrid lo tiene todo muy claro de mitad hacia arriba. Habrá jugadas de peligro, arrancadas, acciones explosivas de Cristiano y mucho juego en el área de De Gea. Por ahí se tiene la esperanza de que los de Mou firmen al menos un par de goles sorteando el muro dispuesto por Ferguson. No es fácil que el Manchester soporte la presión ofensiva madridista. Pero resulta vital que de Xabi Alonso para atrás el Madrid no conceda ni un suspiro. Los diablos lo aprovechan todo.