España está a la vanguardia del fútbol mundial gracias a sus clubes y a su Selección. La marca España de la que se habló ha aumentado su valor gracias a La Roja. No se trata sólo de ser los campeones del mundo y de Europa, se trata de transmitir unos valores fundamentados en el trabajo bien hecho y en la cultura del esfuerzo como única vía para lograr los objetivos. Eso creó y forjó Luis y eso supo mantener Del Bosque dándole su toque a ese tiqui-taca que hasta los brasileños quieren imitar.

No suele ser buena idea mezclar política y deporte porque se desvirtúa la pureza del juego mezclando ideologías o nacionalismos con el amor a unos colores. Pero la idea de El Confidencial de juntar al seleccionador nacional de fútbol con el ministro de Asuntos Exteriores sí fue brillante a tenor de lo ameno y enriquecedor que resultó el madrugador encuentro. Eso sí, trasladar lo bueno del fútbol a la política no es tarea de Del Bosque. Pero sí de García Margallo.