Parece mentira que con la que está cayendo podamos pensar que nos concedan los Juegos Olímpicos de 2020. Pues sí. A poco que demos un paso adelante para ganarnos la confianza de los miembros del COI, Madrid puede organizar los Juegos dentro de siete años. Basta con enviar unas señales de estabilidad y recuperación. La candidatura de Madrid, encabezada por Alejandro Blanco, es una candidatura del deporte, como le gusta al COI. Eso al final lo comprendió Ruiz-Gallardón y, aprovechando que iba a dejar la alcaldía, hizo presidente de la candidatura a Blanco, quien ahora mismo vive por y para la misma. El órdago merece la pena. Nada hay como unos Juegos para ejercer una actividad dinamizadora sobre la economía.

No es tan disparatado pensar que nos los puedan dar, porque Madrid no necesita carta de presentación. La candidatura de 2012 ganó a las de Moscú y Nueva York, y en la segunda ronda sacó más votos que Londres (32-27); luego caería en semifinales (39 votos Londres, 33 París y 31 Madrid). La de 2016 llegó aún más lejos, a la final, tras superar a Chicago y Tokio, y en la primera ronda también fue por delante de Río, la ganadora (28-26). O sea, que Madrid siempre ha estado ahí, y ahora, frente a Tokio y Estambul, sólo necesitamos un empujoncito para, por fin, llevarnos los Juegos. El esfuerzo merece la pena, porque la recompensa es colosal. Y sería de nuevo el deporte el que, como dijo Blanco, pusiera a todos de acuerdo.