Manchester saca lo mejor de Kaká

Manchester saca lo mejor de Kaká

Kaká se había ganado esta temporada un gran partido a cuenta de su propósito de enmienda y no lo habría tenido de no romperse Di María, cuya energía no podía mover el partido de anoche. A Mourinho aún le cuesta ponerse en manos de Kaká en días de todo o nada como el de ayer. Y su salida, como la de Modric, sacaron al Madrid del laberinto. También la expulsión de Nani y el bloqueo de Ferguson, a quien le pudo el corazón manteniendo a Giggs cuando el partido le pasó por encima y disparando demasiado tarde sus últimas balas, Rooney, Young y Valencia. En cualquier caso, Kaká le dio al equipo el registro que necesitaba. Anoche era imposible ganar al galope, agitación en la que el Madrid es insuperable. Por ahí le esperaba el United, al que el 1-1 de la ida le había puesto la eliminatoria donde quería. Kaká, casi por accidente, le llevó al terreno de la paciencia, la puerta de entrada a cuartos.

Mirando su precio y su pasado han perdido él y el club dos años y medio. Hasta el último día de enero se buscó su venta, pero nadie quiso asumir su ficha. Y, de pronto, Kaká volvió a la vida. Probablemente ha firmado sus dos mejores partidos con el Madrid en el último mes y ayer fue piedra angular en la remontada. Si la convivencia resulta inevitable, mejor hacerla rentable. Como ahora. El gran Kaká quizá no vuelva nunca, pero anoche le dio salida al equipo en los últimos minutos, cuando el Manchester lanzó su último arreón. Ese remate final al palo apuntando a un lado con la vista y a otro con su derecha tuvo la estética de sus mejores tiempos. Old Trafford y la Champions volvieron a sacar lo mejor de él. Que dure.

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