Sabe dónde y con quién hacer los guiños oportunos, aunque no siempre le sale bien la jugada. Tras su ataque de cariño hacia el Manchester, que no se entendió en Inglaterra y tampoco en su propio vestuario, ahora habla para un medio británico que le zurró de lo lindo no hace mucho. Tampoco se va a entender. Y en el fondo, lo de siempre: si se va o no se va del Madrid. Está claro que no decide su futuro en función de si gana o si pierde. Es más, desde que llegó hace tres años, se está marchando. Pero se acaba quedando siempre. Esta vez parece que puede ser la definitiva. No está quemado cara al vestuario, está abrasado.

Pero mantendrá la tensión hasta el final. Nadie puede dudar de su dedicación y su hambre de títulos. Querrá irse con dos títulos. Sería la jugada perfecta. Como en el Inter. La entrevista a The Sun es un nuevo gesto cara a ir allanando su regreso a la Premier. En el fondo es su aspiración desde hace tiempo. Mourinho ya no tiene edad para cambiar. Está repitiendo discursos y actuaciones que conocíamos antes de llegar a nuestro fútbol.