Afrontamos los primeros asaltos de ese largo combate que es el Mundial de Fórmula 1, así que no es momento de precipitarse ni agobiarse en cuanto a las opciones al título de Fernando Alonso. La temporada arrancó esperanzadora en Australia, después llegó el jarro de agua fría de Malaisia (sobre todo porque la cosa pintaba muy bien) y ahora llega el turno del desempate en China. Debemos ser optimistas, el nuevo Ferrari tiene mucho más potencial y sus pilotos, incluyo desde luego a Massa, parecen más motivados que nunca. Una excelente combinación que debería dar sus frutos lo antes posible, si es este domingo mejor que al siguiente…

Porque si ya digo que no es tiempo para el alarmismo, también creo que no conviene relajarse. Si en Maranello pierden el ritmo de la cabeza, de los que lucharán por las victorias y los títulos, les costará mucho recuperar el terreno perdido. Si bien el F138 es más coche que el anterior, tampoco es que podamos afirmar que es el mejor de la parrilla. Y tener que ir a remolque no es lo deseable cuando se va justo de fuerzas, mejor ser uno mismo el que marque el tempo, gestionando en cada caso ventajas y debilidades. Un triunfo de Alonso en Shanghai sería un espaldarazo sensacional para la moral de la tropa, para que todos terminemos de creernos que este año sí que es posible. Así que crucemos los dedos. Nos merecemos una alegría, ¿no?