Llueve sobre mojado. Lo dijo el subdirector deportivo sevillista Monchi a la conclusión del Sevilla-Atlético de Madrid. "Yo nunca hablo de los árbitros, siempre los protejo, los apoyo, pero ya clama al cielo", defendía el de San Fernando después de ver cómo al equipo se le escapaban tres puntos vitales por una mala decisión arbitral. Un equipo acostumbrado en su pasado más reciente a pasearse por Europa, no puede permitirse un año más quedarse fuera de las competiciones continentales. Porque le va el prestigio deportivo y gran parte de sus ingresos económicos en ello. Del Nido hacía cuentas en el Real de la Feria y estas pasaban por seguir fuertes en casa -donde el Sevilla sumaba siete triunfos consecutivos- y ganar uno o dos partidos fuera.

De momento, la primera premisa ya no se cumplirá porque pinchó ante el Atlético. Por Nervión tienen que pasar todavía Espanyol, Real Sociedad y Valencia. A domicilio, Valladolid, Málaga y Osasuna. Y, errores arbitrales al margen, no es menos cierto que el equipo tiene su buena parte de culpa en llegar con los deberes sin hacer y con la inquietud de tener que estudiar a última hora para estas seis finales. "Si no se consigue el objetivo tendremos que remover el proyecto, provocar salidas que traerán el descontento del aficionado", advirtió el presidente. En la mente de los aficionados están las posibles ventas de pesos pesados como Negredo, Navas, Rakitic o Medel para conseguir liquidez y reinventar al Sevilla con un nuevo proyecto.