A vueltas con la ‘Messidependencia’

A vueltas con la ‘Messidependencia’

Messi viajó sin el alta, pero a nadie le cabe duda de que jugará. En el Barça (y en otros equipos) es frecuente aguantar el alta hasta última hora, en parte porque el médico no quiere tener la culpa y en parte por razones económicas que tienen que ver con el seguro. Pero viajó, se entrenó con soltura y hasta desató el entusiasmo de Xavi, al que se le escapó el optimismo en la conferencia de prensa. Más prudente quiso ser Roura, que dijo que aunque le vio con buenas sensaciones no quería aventurar nada. Pero todo el mundo se acostó anoche más bien con la idea de Xavi: que jugará y que jugará bien.

 Y falta hará, porque el rival enfrente es tremendo y está en feroz racha goleadora. El Barça se nos ha vuelto de repente como enfermizo, con un aire como de esa fiebres de malta que van y vienen, a lo que se une el problema congénito de la debilidad de la plantilla en el centro de la defensa. Debilidad que encima los duendes del fútbol han castigado con un manguerazo de lesiones. Pero aún me parece que cuando el Barça se pone a ello, reencuentra su juego. Iniesta está bien, Xavi se recupera y si Messi está de verdad entero el Barça puede traerse un buen resultado. Si Messi está de verdad entero, insisto.

Eso me lleva a hablar de la ‘Messidependencia’. Con ocasiones oigo discutir a amigos del Madrid y del Barça sobre si hay más ‘Messidependencia’ o más ‘Cristianodependencia’. Me parece banal. Hay ambas, y benditas dependencias porque jugadores así no ha habido (Ronaldo, el genuino, que nos visitó ayer, lo afirma así) y porque además no faltan nunca. “No cogen ni un día de fiebre”, me decía hace poco Simeone. Marcan el 40% de los goles de sus equipos. Lo juegan todo. Bendita dependencia. ¿Cómo no notar si uno de los dos falta? Por eso estaba ayer Xavi tan contento: porque le ve bien.