Algo ha cambiado en el balonmano

Algo ha cambiado en el balonmano

El Atlético, campeón de Copa. No es una novedad. El año pasado también lo fue, y en épocas pasadas, hasta doce veces. Y si consideramos al Atlético como el auténtico Ciudad Real pero con nombre distinto, el equipo manchego alzó el título en tres ocasiones. Diríase, por tanto, que por lo que respecta a este torneo todo sigue igual, pero no es así. Desde hace doce años la final la jugaban siempre los mismos: Atlético/Ciudad Real, Barcelona, Valladolid o Ademar León. La crisis que ha debilitado a estos dos últimos conjuntos también ha afectado al formato de la propia competición, cuya fase final la han disputado cuatro equipos en vez de los ocho habituales, con eliminatorias previas y sorteo puro, lo que ha propiciado las novedades.

Así, el Valladolid cayó en la primera ronda con el Puerto Sagunto, y éste, a su vez, eliminó al Ademar en la segunda. Hasta que coincidió con La Rioja, ya en la fase final. La Rioja, pese al resultado de ayer, se ha convertido en el tercero en discordia. De hecho ocupa tal posición en la Liga, competición en la que ganó al Atlético y le dejó sin posibilidades de ganarla. La Copa ha confirmado el nuevo orden que está cambiando el balonmano. Lo que no cambia es la falta de atención a los detalles cuando se televisa un partido. Una final de Copa que se juega con balón azul sobre una pista azul que recoge, además, los reflejos de los focos, no deja precisamente una buena imagen. Una pena que el balonmano no aprovecha estos partidos para darse importancia.

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