Alonso más Ferrari: por fin funciona

Alonso más Ferrari: por fin funciona

El gran domingo del ‘sillón-bol’ tuvo un triunfador indiscutible, Fernando Alonso. No sólo porque ganó y porque ganó en casa, sino porque dejó colosales sensaciones de compenetración por fin con su coche y con su equipo. El coche va, él va mejor todavía. Y, para que el asunto tuviera más gracia aún, había salido quinto. Según explicó De la Rosa en la transmisión, porque su séptima velocidad, muy larga, le penalizaba en la calificación pero era una ventaja en carrera. Pero la gran ventaja son sus manos. Su doble adelantamiento en la tercera curva, a Hamilton y Raikkonen, fue legendario.

Luego, acierto en la estrategia por parte de Ferrari, las buenas manos de Fernando Alonso y a volar. Es tercero en el Mundial, a 17 puntos de Vetttel, pero las impresiones de ayer hacen que esa distancia se minimice en el imaginario de la afición. El coche va (Massa terminó tercero) y Alonso está pleno de lucidez y ganas, con la madurez que explica su posición de cuarto piloto en victorias en toda la historia (tras Schumacher, Prost y Senna, ahí queda eso) y el entusiasmo intacto de sus primeros momentos. Por cierto, bonito el detalle de la bandera e impecable Artur Mas durante el himno. Muy bien todo.

Después ganó Nadal su título número cuarenta en tierra, el 55 de su carrera. Pero, sobre todo, el quinto desde su regreso. Siete torneos, siete finales, cinco títulos. Dice que aún piensa en la rodilla, pero no se nota. Luego, el Calderón, donde el Barça tuvo su pasillo y tres puntos para seguir pensando en los cien. Y finalmente, la caída del Madrid en la final europea de baloncesto ante el Olympiacos. Al final del primer cuarto ganaba por 17, el partido lo perdió por 12... Spanoulis fue el principal culpable. Cuando los genios entran en calor, hacen cosas así. Pena. El Madrid está tan necesitado de alegrías...