Se puede decir bajito, en el tono en que habla Susaeta, pero no por ello menos claro. Markel transmitió con elegancia que cómo no iba a querer que siguiese Bielsa, si le ha puesto en nada menos que 106 partidos y, lo que es más importante, le ha hecho mucho mejor futbolista. Cuando se habla con esa sinceridad y realismo, no es pecado meterse en terreno de la directiva. Es la misma elegancia con la que Iraola no quiso hablar de Valverde. Primero, porque El Loco sigue ahí; segundo, porque es absurdo que elogie a Txingurri cuando le catapultó, y tercero, porque Ziganda también le merece su respeto. Chavales bien nacidos, agradecidos, de club.

Son momentos de gran ilusión en la masa social por el traslado al nuevo campo, un proceso que se está llevando con clase y paciencia a pesar de su complejidad. Uno se ha podido cruzar con exfutbolistas históricos en la oficina donde se escogen las localidades. Aquí no hay privilegios, entre otras cosas porque ya ha sido una suerte ser león durante tantos años y ganar mucho dinero. El Athletic tiene futuro y hay que orientarlo bien.