Los toros, que están en crisis reconocida, llenaron ayer Las Ventas, cuya capacidad es de 24.000 espectadores. Hubo reventa y televisión de pago. A la misma hora el Madrid jugaba su primer partido de los playoff. El Palacio de los Deportes, con capacidad para 15.000 espectadores, se quedó en la mitad. Tampoco se llenaron el día anterior el Palau Blaugrana, Miribilla y La Fonteta, todos con un aforo inferior. El cartel, en Las Ventas, estaba ciertamente rematado -Castella, Manzanares y Talavante- y pertenecía a la Feria de San Isidro, pero el baloncesto no era para menos. ¡Se trata de los tan ansiados playoff! Nos cargamos el interés de la Liga en beneficio de los playoff, porque son el no va más, y resulta que luego no son tanto.

No son tanto, porque ni llenan, ni frenan la indiferencia de los aficionados en la televisión. Indiferencia que se traduce en insensibilidad de sus propios dirigentes, que mientras el Madrid y el Obradoiro jugaban ayer, la ACB y el Sindicato de Jugadores negociaban una salida a la huelga. ¡Como si no hubiera otra hora para negociar! Esta falta de consideración por un partido que se está jugando-¡de los playoff nada menos!- es indicativo de que en esta Liga nuestra cada uno campa por sus respetos. En Las Ventas, entretanto, lleno hasta la bandera. El baloncesto ha conseguido que los toreros sean más conocidos que los jugadores. También haría bien en sacar enseñanzas de los toros: en cada corrida va la vida, mientras en la ACB rara es la vez que un partido es decisivo.