Cualquier jugador que toca el Madrid para ficharlo suele generar una catarata de ilusiones y expectativas. La afición examina los vídeos de sus mejores jugadas, se interesa por sus gustos personales y devora cualquier información sobre ese nuevo cromo que asoma por las portadas de los diarios deportivos. Pero lo de Neymar es un caso desconocido por mí hasta la fecha. Les prometo que no les exagero si les digo que en la última semana no ha habido un solo seguidor madridista, y mira que he hablado con 200 ó 300 siendo comedido, que me haya dicho que desee su contratación. Al revés. Todos quieren verlo en el Barça provocando un cisma interno en el vestuario azulgrana, convencidos de que Messi tardará poco en ponerle firme en cuanto que le quite tres portadas y no le pase un par de balones...

Neymar es muy bueno y hace cosas de genio, pero es un perfil de jugador que en el Bernabéu siempre provocó recelos. Lo que me piden las peñas y los merengues de a pie es muy sencillo: "Por favor, dile a Florentino que aparque lo de Neymar para que se vaya al Barça y que renueve a Cristiano. Y que después fiche a Bale". Neymar no seduce nada de nada. Bale seduce todo. Y lo de Cristiano hay que arreglarlo. Sí o sí.