No se me despisten, por mucho que la semana en San Sebastián haya girado en torno a Montanier, por mucho que esta noche sea su despedida de Anoeta, por mucho que haya gustado más o menos su marcha (voluntaria, pero también inducida en gran parte por el consejo), por mucho que su caso pueda eclipsar algo lo mucho que hay en juego para los donostiarras... Que no se le olvide a nadie que esta noche Montanier no juega, lo hace la Real Sociedad contra un Madrid medio de vacaciones, pero Madrid a fin de cuentas, y eso lo dice todo.

Conviene recordar y subrayar esta obviedad porque el preparador normando se expone a un juicio de la afición realista, que ahora idolatra al que no hace mucho silbaba, y con el que, aunque parezca sorprendente, nunca ha llegado a conectar. Anoeta querrá dar su veredicto sobre su marcha al Rennes y está en su total derecho. Pero que sea rapidito. Hay que centrarse en lo mucho que hay en juego: la Champions. Y eso es lo único que debe importar. Juega la Real, es el partido más grande que ha vivido en la última década y lo demás debe ser secundario. Por cierto, no entendería todo lo que no sea un aplauso de agradecimiento a Montanier. Miren la clasificación...