Esta tarde en Jerusalén, la Sub-21 italiana sueña un título que ganó por última vez hace nueve años. Parece un siglo porque desde entonces nunca los jóvenes italianos de esta edad se habían acercado a un título tan importante. Todos reconocen que la Selección española es la favorita, no solamente por su calidad sino porque tiene una experiencia mucho más larga que los pequeños azzurri. Para dar una idea concreta, el grupo italiano lleva 689 minutos en la última Champions, mientras, los rivales suman 3.410. La selección italiana paga el pecado original de los directivos de nuestro país. Los jóvenes juegan demasiado poco porque, como ha dicho Borini, el que ha marcado el gol en la semifinal frente a Holanda, los extranjeros son más considerados. Fabio Borini, la última estrella de este equipo, hace un año estaba en el grupo de Prandelli que perdió 0-4 la final de la Eurocopa 2012 frente a España.

Desde entonces, este joven delantero ha jugado su último partido de veinte minutos en septiembre en el Liverpool, donde ha arrastrado una lesión muscular. Por esto, él es el símbolo del espíritu de revancha de este equipo que por tercera vez llega a una final Sub-21 frente a España. La primera la ganó España en los penaltis en 1986. La segunda, se la llevó Italia diez años después, también a los penaltis. Y ahora vamos a ver qué pasará en la tercera. Lo cierto es que hay calidad en este grupo porque Italia ha marcado siete goles con seis jugadores. El pichichi 'Gabbiadini' con dos goles, pero la estrella es Insigne, del Nápoles. El símbolo de la inexperiencia y al mismo tiempo de la calidad es Verratti, que ganó el título de campeón de Francia con el PSG, pero nunca ha jugado un partido en la Serie A.