La llegada de un nuevo Presidente y Consejo da la posibilidad al Valencia C.F. de marcar una raya del antes y el después. El Valencia se ha caracterizado por ser un club débil y que suele doblar la rodilla ante los jugadores; muy falto de disciplina con ellos y muy laxo para satisfacerles. "Se ha acabado que en el Valencia manden los jugadores y los representantes. Esto no es el Osasuna y el Getafe". Esas frases son de Amadeo Salvo y le apoyo totalmente. Se tiene que acabar la parte ancha del embudo siempre para los jugadores y la parte estrecha para el club.

Tino Costa no fue vendido al Fenerbahce y se le subió el contrato. Innecesario. Mathieu ha zarandeado todo lo que ha querido y podido al club hasta conseguir su objetivo: un plan de jubilación de 4 años, ganando más dinero y hasta hace dos minutos se negaba a que le subieran la cláusula de 10 a 20 millones. Y Soldado junto con sus agentes han preparado una operación de bajada de cláusula para venderlo por menos de 30 y si no lo logran, volverle a subir el contrato un año después. El club debe hacerse fuerte de una vez y hacer valer su grandeza y sobre todo sus derechos cuando los tiene, porque cuando está en posición débil nadie le regala nada y todos le pasan a cuchillo. Me falta comprobar si Salvo se va a plantar y va a marcar una nueva linea. Es la oportunidad de acabar con los oportunistas de siempre.