Sergio Ramos cumplió ayer su partido número 105 con España, y ya ha adelantado a Fernando Torres que hizo el 103 y a su vez superó a Raúl, que dejó la Selección en 102. No hace tanto parecía imposible superar los registros de Raúl, y ya son varios los que lo han hecho. Pero el caso de Ramos es especial. El jugador sevillano del Real Madrid fue el único que repitió como titular con respecto al equipo que se enfrentó a Uruguay. Sergio no perdona ni uno. Para él es un orgullo jugar con España (luce una muñequera con los colores de la bandera en cada partido), y se ha propuesto retirarse encabezando la clasificación de los jugadores de campo con más internacionalidades. A sus 27 años es un objetivo posible. Decía Del Bosque la víspera que los 23 elegidos para la Confecup querían jugar contra Tahití, pero que haría cambios porque su obligación es mantener el equilibrio del ecosistema. El asunto es que todos quieren jugar porque todos tienen récords, de equipo y particulares, que derribar.

Ramos sumó ayer un partido más aunque sólo jugase medio tiempo. Se quedó con las ganas, aunque lo intentó, de marcar su primer gol con La Roja en una fase final de un torneo FIFA. Pero seguro que eso llega. Esta Copa Confederaciones le reserva ese reto y alguno más. Por ejemplo un partido de España contra Brasil en el que pueda medir a Neymar, el fichaje estrella del Barça y por ahora de la Liga. Lo que de momento se ha visto de Neymar en esta Confecup es todo bueno. Pero aún no ha superado la prueba del algodón. El examen definitivo para Neymar será probarse con Sergio Ramos. Ojalá haya ocasión de esa final en Maracaná. Ese día veremos si Neymar es Robinho o es Neymar.