Cayó Uruguay por un penalti errado por Forlán y un córner en el que Muslera se quedó clavado. Pero más allá de esto, vimos por fin a Cavani. Apareció el potente delantero del Nápoles que gusta al Madrid y al Chelsea. Y lo hizo no sólo para firmar el empate a uno que acogotó a Brasil. A Cavani le vimos en cien sitios en el campo: bajando por la banda a tapar a Marcelo, peleando con Neymar, subiendo balón aunque el manejo no sea su fuerte y defendiendo cada uno de los córners.

Cavani se pareció más al jugador por el que De Laurentiis pide 63 millones de euros. Es verdad que no deslumbró por finura o por sentenciar el partido. Pero apuntó mejores cosas que un Luis Suárez con algún kilo de más que le paraliza las piernas, o que Paulinho, a pesar de que éste dio un gran pase a Neymar en el 1-0 y marcó el 2-1. Cavani sale de la Confecup con la cabeza alta por esta actuación ante un grande como Brasil. Ahora le toca decidir en qué club jugará la próxima campaña.