No hay relevo en el horizonte

No hay relevo en el horizonte

Si este Tour del Centenario finaliza como uno de los mejores de los últimos años, y así lo creo sinceramente, ha sido en gran parte por la actitud de Alberto Contador. No ha tenido las piernas para resistir con los mejores en las llegadas en alto, pero ha suplido ese déficit con ataques en otros terrenos, en descensos y en abanicos, y ha incordiado a Chris Froome hasta el punto de crisparle camino de Gap. Es justo reconocer su valentía, aunque nos deja una estela de inquietud tras su participación. El año pasado ya se vio que tuvo un rendimiento menos dominador en la Vuelta, aunque al final la resolvió gracias a esa casta.

Si a esta recesión de Contador añadimos que Purito Rodríguez, Alejandro Valverde y Samuel Sánchez están ya avanzados en la treintena, el panorama del ciclismo español para las grandes rondas se ensombrece a medio plazo. Puede que Purito o Valverde ganen esta Vuelta, pero no serán eternos. Sus rivales sí están en una edad dulce: Froome tiene 28 años, Vincenzo Nibali cumplirá 29 en noviembre, y por detrás llega el imberbe Nairo Quintana, con 23. España, de momento, no está en la puja por el futuro. Beñat Intxausti (27), octavo, maglia rosa y ganador de una etapa en el último Giro, es lo más cercano. No me gusta ser agorero, y ojalá que me equivoque, pero es lo que hay. Me temo que se avecinan vacas flacas.

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