Un cuerpo de élite femenino

Un cuerpo de élite femenino

No llega a ser por las mujeres y nos vamos de vacío en los Mundiales de natación. Como también nos hubiéramos ido hace dos años de los Mundiales de atletismo. Las mujeres se han convertido en el mascarón de proa de nuestro deporte. Sobre todo en el semi profesional. Ya lo demostraron en los Juegos Olímpicos de Londres: de las diecisiete medallas del equipo, once las ganaron las mujeres. Retrocedemos en el tiempo en lo que va de año, y el primer gran éxito que nos encontramos es el oro en el Eurobasket. Femenino, por supuesto. No es por ellas y estaríamos hablando de una crisis en el deporte monumental. Sin precedentes en la natación y en el atletismo, y de un retraso de veinticuatro años en los Juegos.

En el Comité Olímpico Español existe la comisión Mujer y Deporte; en el Consejo Superior de Deportes, el programa Mujer y Deporte. Han funcionado. La mujer pagaba un retraso de cincuenta años en la práctica del deporte, y se trataba de ayudarla. Ahora que se ha incorporado con plena normalidad, muestra una capacidad competitiva superior al hombre. La explicación estaría en que para llegar ha tenido que vencer muchos obstáculos, y en esa lucha se ha hecho más fuerte. Los entrenadores, además, aseguran que la mujer se despista menos que el hombre cuando llega a la alta competición. Hemos creado así un cuerpo de élite que nos está sacando las castañas del fuego. Pues va a haber que pensar en crear programas Hombre y Deporte.

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