La Selección jugará el miércoles que viene en Ecuador, tres días antes de comenzar la Liga. Será, dicho sea de paso, la última temporada en la que la FIFA se reserva esta fecha de agosto, tan a contrapié con el arranque de los campeonatos europeos de Liga. Será también la primera lista de Del Bosque en la temporada del Mundial, y también la primera desde que ha empezado a tomar cuerpo la idea de que esta selección gloriosa se está parando. No fue por perder con Brasil en Brasil, que eso siempre puede pasar, sino por perder como se perdió. Para algunos, ha llegado la hora del 'lifting'.

Quizá se hubiera producido ya en la Confecup de no ser porque esta coincidió con el Europeo Sub-21 y había interés en ganarlo. Esa generación había pinchado en los JJOO de Londres y existía la conciencia colectiva de que no podía separarse así, de que se le quedaba algo por hacer. Y lo hizo. Pero ahora que ya lo ha hecho, ese grupo empuja y ha llegado su hora. La lista que mañana presente Del Bosque dará la primera pista de cuál va a ser el grado de renovación, pero no es difícil imaginar ahí a De Gea, Montoya, Íñigo Martínez, Isco, Thiago y quizá algún otro. El partido, además, se presta.

Luego vendrán el viaje a Finlandia y las visitas de Bielorrusia y Georgia. Los tres partidos hay que ganarlos, porque Francia está cerca y su calendario es igualmente fácil. Pero al tiempo hay que mejorar el lateral derecho, buscarles suplentes de garantías a Ramos y Piqué, que no los tienen, resolver por fin el ataque y, sobre todo, administrar a Xavi, en torno al cual ha girado el equipo todos estos años, y al que ya se ve que ese régimen de sesenta partidos al año le agota. Se trata de meter poco a poco piezas nuevas sin alterar el funcionamiento. Tarea de relojero de precisión que empieza en la lista de mañana.