La Juventus, que se enfrentará a su antiguo entrenador, Ancelotti, y a su antigua estrella, Zidane, no tiene tantos campeones como el Madrid pero sí tanta hambre por ganar la Champions. El club de Buffon, Pirlo, Vidal y del último en llegar, Llorente, ha ganado dos títulos seguidos del liga y el desafío es conseguir el tercero consecutivo, lo que no ha ocurrido desde los años 30. Se trata de una maldición, pero la maldición más grande se llama Champions. La Juventus, como el Benfica, ha perdido cinco finales, entre ellas la de 1998 ante el Madrid, y sólo ha ganado dos, en 1985 tras la tragedia de Heysel, y en 1996, por los penaltis, frente al Ajax. Eso significa que el club que ha ganado más scudetti en Italia nunca ha ganado una Champions a lo grande en los noventa minutos y sigue este año con esta obsesión.

El hecho de enfrentarse al Madrid es un peligro pero al mismo tiempo un estímulo porque si la Juventus pasa la primera fase no se encontraría al Madrid en octavos de final y, en teoría, Galatasaray y Copenhague parecen las víctimas designadas. El equipo de Conte tiene una identidad táctica muy definida y en este grupo Tévez, que tiene ya mucha experiencia internacional acumulada, puede ser el nuevo líder que pueda manejar el grupo hasta la gran cita final de Lisboa. De momento es un sueño pero los sueños siempre son gratis.