Un ejemplo de seriedad y trabajo

Un ejemplo de seriedad y trabajo

Me cuesta tener que reconocerlo, pero la verdad es que, en estos tiempos, fichar a un joven futbolista francés no resulta muy conveniente. Por desgracia, las nuevas generaciones de jugadores de mi país destacan por su mala educación, su falta de compromiso y su insoportable vanidad. Pero que los aficionados del Atlético no se preocupen Josuha Guilavogui es la antítesis de este lamentable modelo. Aparece como la excepción que confirma la regla. En Saint-Etienne, ha dejado una fantástica imagen y todo el mundo le presenta como un chaval serio y trabajador que se muestra muy lúcido y reconoce sus errores. Además, es un futbolista talentoso con mucha proyección.

Recibió una educación estricta (su padre es militar) y ni la fama ni el dinero han cambiado su carácter. Es también por estas cualidades humanas por las que Deschamps, en su cruzada por la vuelta de los valores a la selección gala, apostó por Guilavogui en el pasado mes de julio. Una sorpresa para muchos. Pero buena. Jugó varios años como 10 y esta experiencia hace de él un mediocentro defensivo potente, pero capaz de sacar la pelota con limpieza. Físico cuando hace falta, pero técnico siempre, Josuha promete mucho en esta aventura colchonera. "Bonne chance" (suerte).

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