En Burgos, Ramón Sáez (8-3-1940, Utiel, Valencia) ganó en 1970 la última de sus siete etapas en la Vuelta; también fue líder 3 días en 1969. Corpulento y con casi 1,90 de talla, le sacaba la cabeza a la mayoría de los ciclistas españoles. Por eso le llamaban Tarzán.

Falleció el 18 de junio de este año y pasó casi toda su vida en Xirivella (Valencia), donde el Polideportivo Municipal lleva su nombre. Se hizo ciclista porque su hermano Faustino no ganaba nunca. A los 15 años empezó a montar en bici, a los 16 venció en las siete pruebas que disputó.

Sprinter valiente y agresivo, era el único español que se pegaba con los belgas. En una Volta a Catalunya se escapó Luis Ocaña, se acopló su rueda y le ganó al sprint. Al día siguiente algunos picaron a Ocaña: "Bien que hicistes el primo ayer". A Ocaña le dio un arrebato y cuando vio a Sáez dio una patada a su sillín y le derribó. Tarzán se levantó y le pilló del cuello. Le expulsaron de carrera sólo a él.

Tuvo su momento estelar en el Mundial 1967 de Heerlen (Holanda). Llegó destacado con Motta, Janssen y Merckx. Gran ocasión, era novato y no le conocían. Esperó que el italiano lanzara el sprint, pero estaba muerto. Cuando salieron el holandés y el belga trató de pasarles por en medio, pero se juntaron. Ganó Merckx, Tarzán se llevó el bronce. Era la segunda medalla española en un Mundial, tras la plata de Luciano Montero 32 años antes.