El triángulo de España. Leo en una web especializada en estadísticas del Eurobasket que Marc Gasol es el jugador español que más posesiones de ataque ha finalizado en los cinco partidos disputados. Un 15,75% exactamente. Y eso que muchos tienen la sensación de que la generosidad de Marc en la pista es exagerada. Estando al nivel mostrado Ricky Rubio y Rudy Fernández en cuanto a efectividad (valoración) en relación a los minutos de juego, el triángulo debe saber aumentar su instinto letal cuando la variable de la amenaza de Marc aumente.
La necesidad de Grecia. La primera amenaza de España tiene nombre, día, hora y lugar. En el Stozice Arena de Liubliana, mañana jueves a partir de las 17:45 horas, Grecia tratará de ser el alimento más indigesto posible. Le urge. Para ellos sería una tragedia (griega) presentarse al partido del sábado contra Eslovenia con un récord de 0-3 y doce mil gargantas en contra. Su estrella, Spanoulis, se ha perdido dos partidos por una lesión de tobillo pero ya jugó el lunes contra Finlandia y parece que la selección escandinava puso en práctica una estrategia defensiva contra él similar a la que ya estaba diseñando el cuerpo técnico español. El máximo anotador griego falló seis triples y perdió siete balones en ese partido. Lo que sí sabemos es que encontraremos a una Grecia de gran dominio reboteador, once jugadores en rotación y supremacía del perímetro. Un rival peligroso que administra su temperatura con criterio: suele empezar los partidos frío y terminarlos caliente. Nadie conoce su propia fuerza mientras no se ha encontrado con la necesidad.
Artesanía y tecnología. En la recepción de la embajada de España a la Selección descubrimos que Marc Gasol viene, desde Memphis o Barcelona, a comprar sus plantillas a 140 kilómetros de aquí, a la localidad croata de Pula. Allí hay un centro con avances en baropodometría que tradicionalmente le dio este servicio a jugadores balcánicos. Es una técnica que mide la presión ejercida en la planta del pie estando parado, andando, corriendo o saltando. Una plantilla puede disponer de casi mil microsensores para con la ayuda de un escáner medir los impactos en esa herramienta primordial del jugador de baloncesto.
