La cena de Ferguson, el silencio de Moyes y los actores de Nápoles

La cena de Ferguson, el silencio de Moyes y los actores de Nápoles

Una cena decisiva. David Moyes fue a cenar con su esposa y los Ferguson a invitación de sir Alex. No era la primera vez que lo hacían pero a Moyes le sorprendió la presencia de las mujeres. Sabía que sólo se iba a hablar de fútbol. Salió a relucir la operación de cadera de Ferguson que debía llevarse a cabo unos meses después. Y también el futuro. "Me voy a retirar", dijo Alex. "Ah. Claro. ¿En un año? ¿En dos?". Moyes no podía creerse lo que oyó a continuación. "No, esta es mi última temporada. Y tú me vas a sustituir". Moyes, tras reponerse del susto inicial, fue tajante. "Pues, venga, va". El Everton jugaba contra el Liverpool dos días después (quedaban sólo tres encuentros para el final de la liga) y Moyes juró a Ferguson que no le iba a comentar nada a su presidente. Así lo hizo y Bill Kenwright no se lo perdonará: Moyes y Bill tenían una relación fraternal tras once años juntos. Por eso el mandatario del Everton hizo todo lo posible para que no se fuera Leighton Baines y que Fellaini costara más caro de lo que debiera: Kenwright ha descubierto que en el fútbol, el que quiera amistades debe comprarse un perro.

Actores. Rafa Benítez ha contado en su columna semanal en The Independent que acaba de hacer su debut en el cine. Su presidente, el productor cinematográfico Aurelio di Laurentiis, pidió a la plantilla y al técnico del Nápoles que aparecieran en unas secuencias de una película que se está rodando. Benítez admite que pudo contar con la ayuda de Pepe Reina. "Cuando las cámaras se pusieron a rodar, le pasé la pelota a Pepe que dijo unas palabras. Y ya está. Este es el inicio y el final de mi carrera cinematográfica".

Una autobiografía. Uno de los árbitros más prestigiosos del Reino Unido, Mark Halsey, acaba de publicar su autobiografía. Admite con total impunidad que, pese a intercambiarse mensajes de texto con Ferguson, nunca se sintió intimidado o influenciado por él. Halsey olvida que en el código deontológico de su profesión se dice que está prohibido comunicarse con entrenadores. Por otro lado, el colegiado teme que las presiones ejercidas sobre sus compañeros podrían acabar con un suicidio si no se les ayuda. El árbitro se sintió desprotegido tras sufrir acoso en Twitter después de un Liverpool-Manchester United en Anfield con victoria visitante con insultos dolorosos sobre el cáncer de garganta que le dejó fuera de los terrenos de juego dos años. Halsey recuerda también el caso del alemán Babak Rafati, al que encontraron con las venas de su muñeca abiertas antes de que fuera tratado de una depresión.

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