Dos veces antes que ahora he visto al Madrid vender titulares emergentes y brillantes a causa de la situación económica. El primero fue Del Sol, hace ya tantos años, cuando el gran furor creado por las cinco primeras Copas de Europa empezó a decaer. La segunda, con Seedorf, cuando Lorenzo Sanz estiró más el brazo que la manga para fichar a Anelka y se encontró con que si no vendía a algún jugador importante llegaría el momento en que no podría pagar los salarios. Había recomprado los derechos de ‘marketing’ del club, que Mendoza vendió a Dorna años antes, pero todavía no había conseguido explotarlos.

La tercera ha sido ahora. Si la gente está molesta con la venta de Özil es porque era titular. El Madrid no vende un titular así como así. En este caso, Bale ha hecho de Anelka, Özil de Seedorf y Florentino de Lorenzo Sanz. Porque resulta que de nuevo el club debe una enormidad de dinero, a pesar de tantas fábulas como escuchamos. En la Memoria entregada a la Asamblea está. Carlos Mendoza, presidente de la Asociación por los Valores del Madridismo, aquel compromisario al que Florentino hizo callar en la Asamblea, lo contó con detalle en AS ayer. El Madrid vuelve a deber dinero, muchísimo dinero.

Y eso tras la operación de las torres y la extraordinaria compensación (¡?) por la parcela de Las Tablas. Y a pesar también de que el Madrid gana mucho dinero. El que más, el más rico del mundo, según insiste Florentino, con un mal gusto evidente pero comprensible, ya que de títulos no puede presumir. Pero por mucho dinero que se ingrese, si se gasta más, nunca se alcanza el fin. Así que el Madrid ha tenido que vender a Özil (y a Higuaín) y tiene pignorados el contrato de patrocinio deportivo más las cuotas de abono hasta 2015 y las de socio un año más. Quizá es que Kaká no ha resultado tan rentable...