Lewandowski tiene juventud (sólo 25 años), un aval que es un as de oros (cuatro goles al Madrid en una semifinal de Champions) y una motivación añadida para un posible futuro blanco: no le quiere Guardiola. Florentino ya le tiró los tejos en el Bernabéu la misma noche en la que las abejas mayas de Klopp nos echaron de la final de Wembley. El polaco es un nueve-nueve. A diferencia de Benzema, nadie dirá en el club para taparle que "es un delantero que no necesita meter goles". En el Madrid de siempre al '9' se le exige enchufarla, como mínimo, en una de cada dos ocasiones que tenga. Hay que ser un lobo en el área. Un fanático del gol. Un depredador. Un cañón.

Si Karim sigue durmiendo en los sueños de Morfeo, Morata le quitará ya mismo el puesto (salvo que Ancelotti arroje la toalla y confiese que no se siente libre para tomar esa decisión). Pero lo importante es pensar en el próximo verano. Si Lewandowski sólo vale 20 millones, Florentino debería cerrar ya mismo la operación. Es un precio-ganga. Casi veinte kilos menos de lo que costó Illarra o diez menos de lo que se invirtió en Coentrao. El killer del Borussia es el delantero perfecto para complementar a Morata y a Cristiano en una delantera de lujo. ¿Y Benzema? En junio hará las maletas. Dirección Mónaco (si entra Falcao en escena) o en dirección a la Premier...