La historia se repite. El Milán no ganó como hace ocho meses en los octavos, pero tampoco perdió y, sobre todo, jugó cara a cara con el temible Barcelona. El empate final suena como una nueva victoria para el equipo de Allegri en general y para Kaká en particular. Hace dos días nadie creía que el brasileño pudiese ser titular y, sobre todo, nadie pensaba que pudiese ser protagonista. Kaká dibujó la acción del gol de Robinho y jugó también como defensor demostrando ser un ejemplo para todos sus compañeros. Alrededor de él, el Milán, por primera vez en este año, en esta Champions, se reveló como un equipo completo. Sólo faltan grandes actores porque este no es el equipazo que ganó la última Champions en el 2007, pero cuando el Barcelona encuentra tantas dificultades significa que el porvernir no están negativo como parecía.

Ahora el Milán tiene que jugar en Barcelona y no será fácil, pero la clasificación está en sus manos porque tiene ventaja sobre el Celtic y el Ajax, al que recibirá en el último partido en San Siro. Lo positivo es que todavía faltan jugadores importantes como Balotelli, que sólo ha entrado al final, El Shaarawy y el lateral De Sciglio. Nadie cree que este equipo pueda ganar la Champions, pero puede llegar a los octavos y, como no se encontrará otra vez al Barça, quizá a los cuartos de final. Messi ha dejado su huella de campeón, pero el Milán podía haber ganado con Robinho y no sería un escándalo. Por esto, la afición sueña una vez más con el nuevo/viejo Milán de Kaká.