Europa Press rindió homenaje en sus Desayunos a la mujer deportista. De unos años a esta parte es ella quien aporta mayor número de medallas al deporte español. Once de diecisiete en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y doce de doce en los Mundiales de natación de este año. Los programas y comisiones de promoción del deporte femenino han dado resultado. La mujer devuelve multiplicado por dos la inversión que se realiza en ella. La mujer tiene una capacidad de sacrificio superior al hombre, se entrega más y se distrae menos. Eso dicen grandes entrenadores. Y debe de ser verdad, porque ahí están sus resultados. Contaban ayer Ona Carbonell, Melani Costa y Alejandra Quereda cómo repartían su jornada, y causaba asombro.

El deporte de élite no tiene más secreto que el talento y la dedicación. A igualdad de condiciones, gana quien más se entrena. La española se ha puesto a entrenar y ha comenzado a ganar tanto como la que más. Lo contaba Ona: “El objetivo es alcanzar la perfección en un ejercicio de máxima dificultad, y para eso hay que entrenar nueve horas al día”. También, Melani: “Tenía técnica y resistencia, pero me faltaba fuerza; era cuestión de trabajarla, lo hice y ya estoy entre las mejores”. Eso es lo que distingue a nuestras campeonas. No se conforman con alcanzar un alto nivel, sino que persiguen la excelencia, y al menos dan cuanto tienen para intentar conseguirla. Al hombre, por lo general, le cuesta más. Llega arriba, y se para; la mujer, continúa. Es la diferencia.