Pico histórico. En televisión he visto un montaje que alterna imágenes del lucido juego actual del Real Madrid con rostros de asombro y gozo de sus seguidores en el Palacio, y se mezclan con los Lakers del showtime y los progres adinerados con ropa chillona que llenaban el Forum de Inglewood­ en los ochenta. Mi sensación responde a mi memoria: el Madrid no había logrado mezclar con tan altas dosis triunfos y espectáculo como ahora, desde las dos Copas de Europa del 78 y 80 y la breve etapa posterior de Delibasic.

Otra fuente de espectáculo. En la Liga Endesa hay un equipo que en las siete jornadas disputadas ha sido capaz de meter más puntos que el Real Madrid, un proyecto que se sacude lesiones con canastas y victorias. El Valencia Basket pretende ganar méritos y partidos que le den el derecho a estar cuanto antes en la Euroliga. Por normativa sólo lo harán si son finalistas de Liga o campeones de la Eurocopa. Piensan que es más accesible el título europeo pero con ventaja de campo en semifinales de Liga… ¿Por qué no?

Más viejo, igual de millonario. La extensión del contrato de Kobe Bryant con los Lakers es otro desatino más dentro de una gestión bochornosa que se extiende ya durante tres temporadas. Lo es por las cifras económicas, casi 50 millones por dos años para un contrato que Kobe finalizará a punto de cumplir 38 años. En una Liga de límites salariales e impuesto de lujo, un jugador de esa edad no puede, no debe irse a esas cifras. Se trata de una resta automática de la inversión para el resto, cero sacrificio, total desenfreno.