Cuando el fútbol es una pasión

Cuando el fútbol es una pasión

Es para celebrar que Ander Herrera esté feliz y recompuesto sobre el campo. Charlando con él, uno se da cuenta de que vive el fútbol con tal pasión que a veces se desborda por impulsivo. Lleva la voz cantante en el campo, se queda afónico en las instrucciones. Vive pegado a la red de Lezama viendo partidos de cantera. Sabe el nombre de un cadete que le entusiasma.Tiene 24 años y ya es entrenador en ciernes. Estudia con Beñat para ello.

Elude hablar del United, un episodio que no le ha pasado factura en Bilbao porque fue de cara, sin presionar al Athletic. Aunque pueda ser injusto el reclamo, debió ser más frío: San Mamés era su sitio. Tras las fugas de Llorente y Javi Martínez, se necesitaba un ejercicio de fidelidad de alguien de fuera. Ander, que había vivido las de Caín en Zaragoza, tiene mucho que devolver. Nadie es tan insensato como para pensar que los 36 millones de su cláusula no son una bicoca para el Athletic, pero aquí la duda está en lo que pueda crecer este futbolista. No está ni a la mitad de su potencial.

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