Neymar da sosiego al Barça

Neymar da sosiego al Barça

En fútbol sólo hay algo mejor que ganar: jugar bien. Ese simple gesto de armonía que significa pasar los balones al sitio adecuado colma de satisfacción a los chicos en el patio del colegio, y esa sensación se prolonga toda la vida, primero en los futbolistas propiamente dichos y luego en los espectadores. El Barça que, según los expertos que siempre ven desastre donde quieren (o donde queremos), se derrumbaba en la era oscura resucitó ante el Celtic manejado por el entusiasmo del juego, como si estuviera en el patio del colegio. Uf, un respiro. Pensé que este Barça no volvería en sí en tiempos, porque alberga demasiadas dudas, además de las que les adjudican.

Ausente Messi, Messi es noticia, presente Neymar, parece que no va a hacer nada porque se observa en él cierto letargo. Pero, como si oyera ese rumor visible, porque no marca, porque no entra, va y cede un gol, marca otro, y otro y otro, y recupera la respiración que le hace falta para que lo dejen tranquilo; es un muchacho voraz que no se hace notar por el genio del ego. Al contrario, su oficio es, también, el de pasar. Creo que él contribuyó en un momento determinado a que el alma de este Barça dubitativo se sosegara.

Hubo electricidad en Pedro y en Alexis, y hubo atrevimiento en Piqué. Por menos de lo que hizo el Barça con estos mimbres otros estarían hablando de una victoria épica. Pero es el Barça, su masoquismo sólo resulta igualado por el deseo de sufrir que albergamos sus aficionados.

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