Anoche lo pasamos bien. Es nuestro gran día del año, la Gala de AS. Fue la VII, y como en ediciones anteriores tuvimos cierta sensación de ser injustos con algunos. A la hora de dar los premios, resultaba indiscutible el mérito de los escogidos por ustedes, los lectores: Márquez, Simeone, la Selección Femenina de Waterpolo, campeona del mundo y subcampeona olímpica. Y como promesa, Marta Ortega, una niña de 16 años que acumula tres mundiales de pádel, en las sucesivas categorías de edad. Y como leyenda, Bahamontes, proclamado como mejor escalador en las cien ediciones disputadas del Tour.

Me resultó entrañable ver ahí a Márquez, hace cuatro años premio promesa. Ahora se ha hecho con el campeonato de Moto GP en su primer año en la categoría reina. Ayer le vi, convertido en una gloria nacional, y no pude dejar de evocar su imagen de hace tan poco tiempo, cuando era un chiquillo deslumbrado por el brillo de Nadal, Casillas y demás. Ayer compartió honores estelares con Simeone, cuya titánica tarea en el Atlético tocó la sensibilidad de nuestros lectores, y las campeonísimas del waterpolo. Y con Bahamontes, el primero en mi santoral, lo confieso. Y con su heredera, Marta Ortega.

En el acto, que fue un puro disfrute por lo que significa, por las fechas, y por tantos amigos reunidos, pensé en el ‘boom’ del deporte femenino. Viendo a las chicas del waterpolo y a Marta Ortega me acordé de Mireia Belmonte, de las chicas del baloncesto, que han ganado 36 de 36 este año, de las del fútbol, que sube en todas las categorías, de las del balonmano, de Ona Carbonell. De tantas... Siempre tuvimos campeonas, pero como sucesos aislados, igual nuestros viejos héroes de aquellos tiempos de Bahamontes, tan aplaudido ayer. Ahora se nota que el deporte femenino va en serio. Ese ha sido el signo de 2013.