En cierto sentido, podemos considerar a la Fórmula 1 y al Mundial de motociclismo como competidores. Ambos aspiran al interés de los aficionados, las audiencias de televisión, los patrocinadores, los mercados, los circuitos y el seguimiento mediático… Podríamos considerarlos deportes diferentes y en algunos aspectos así es, pero en definitiva se trata de carreras con un vehículo a motor. Por eso me parece una estupenda estrategia la coordinación que los promotores de estos campeonatos buscan a la hora de planificar sus calendarios cada año. Para cualquiera de ellos el otro es un enemigo temible, así que todas las rencillas que se puedan evitar deben ser bienvenidas, algo que es posible desde hace ya algún tiempo gracias también a la buena relación que mantienen Ecclestone, el jefe de los coches, y Ezpeleta, el de las motos.

No siempre es sencillo planificar las fechas para encajar las competiciones. Puede parecer que sobran fines de semana pero no es tanto así, son varios los condicionantes a tener en cuenta. Sin embargo, con esfuerzo y buena voluntad se ha llegado a una ‘Entente cordiale’ bastante ventajosa para ambas partes, tanto que en 2014 tan sólo coincidirán en tres ocasiones grandes premios de F-1 y MotoGP. De este modo, el protagonismo exclusivo está garantizado durante la mayor parte de la temporada e insisto en que creo que con ello todos salimos ganando. Ir por libre sólo traería complicaciones, justo lo que conviene evitar en estos tiempos complicados que nos ha tocado vivir, en los que cada punto de audiencia o cada mención en Prensa valen su peso en oro.