La buena escritura

El valor de la escritura se le supone a todo lo que se publica en un papel; pero en el fútbol (y el deporte) lo que ha ocurrido en décadas recientes es algo soberbio, que ahora alcanza su consecuencia en las estanterías. Los escritores deportivos de los diarios y las revistas ya son también autores de libros de alcance literario. En la historia de este deporte ha habido gente que ha superado el listón del lugar común (Antonio Valencia, Gonzalo Suárez), pero en la actualidad eso que fue tan solo la punta de un iceberg lleno de descuidos es ahora un continente literario que expresa la ambición literaria de los cronistas que han hecho del fútbol una manera de entender y de contar la vida.

No es difícil recordar la burla a la que se sometía, por ejemplo, a Valdano, por su manera de contar el juego. Ahora a nadie se le ocurriría reproducir esa burla, porque lo que se ha impuesto en la palabra (la escrita, la hablada) es la imposición del buen estilo. Y de eso se han nutrido los libros, como muestra Patricia Cazón en este abrumador recuento de buena escritura.