Como en toda negociación, la renovación de Xabi Alonso tiene dos versiones, que van cambiando o adaptándose a los diferentes intereses según convenga. Del pesimismo del Madrid pasamos al optimismo, de las dudas del jugador a las certezas, el caso es que el tiempo apremia y el desenlace es cada vez más inminente, en uno u otro sentido. En el Real Madrid quieren ser optimistas, es verdad, pero hace tiempo que dejaron claro que la decisión sólo le correspondía al jugador. AS se hace eco en esta página de una oferta que rondaría los seis millones de euros por temporada y dos años de prolongación de contrato.

Que sea suficiente o no sólo depende del futbolista, lo que sí parece claro es que ninguna de las dos partes, al menos el club, quiere jugar al tira y afloja. Y tampoco pega con la personalidad de Xabi, ni de sus agentes, que su renovación se convierta en un culebrón cuyos episodios se desarrollen en las portadas. En todo caso, resulta extraño que se haya desperdiciado un año en resolver la situación. Es evidente que alguien no lo ha tenido claro. Xabi Alonso es un jugador muy importante para el Madrid, lo que falta por saber es si el Madrid es ya lo único importante en la vida deportiva de un extraordinario centrocampista de 32 años.